miércoles, 30 de mayo de 2012

MUSEO DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA

El museo se ubica Plaza de la República s/n, Col. Tabacalera, Delegación Cuauhtémoc.
El Museo Nacional de la Revolución se localiza en los sótanos de lo que iba a ser el Palacio Legislativo del gobierno de Porfirio Díaz. Dicho proyecto fue creación del arquitecto francés Émile Bénard, quien en 1904 inició la construcción de una obra que pretendía ser la máxima expresión del progreso y la modernidad que pregonaba el gobierno porfirista.El proyecto de Bénard consistía en la construcción de un palacio inspirado en el edificio del Reichstag en Berlín, reflejaba la más acabada tradición de la escuela de Bellas Artes de París, tanto en lo arquitectónico −que se podía apreciar en la precisión de los trazos y la excelente distribución de los espacios− como en lo decorativo, al contemplar el uso de materiales estéticos como el mármol y la inclusión de esculturas y pinturas que le darían carácter artístico. El Historiador de Arte Justino Fernández escribía: "De haberse realizado, hubiera constituido quizá el edificio gubernamental más grandioso de América”. A finales de 1985, como parte de la restauración de la Plaza de la República y de la recimentación del Monumento a la Revolución, las autoridades del Gobierno del Distrito Federal decidieron aprovechar las galeras del Monumento para crear el museo imaginado 50 años atrás; el cual se inauguró el 20 de noviembre de 1986 y desde entonces se ha dedicado a difundir todo lo relacionado con el movimiento armado de 1910 por medio de su exposición permanente y diferentes actividades.
El muse se divide en salas las cuales son:
•SALA La Consolidación del Estado mexicano
•SALA El Porfiriato
•SALA La Revolución democrática
•SALA La Revolución política
•SALA La Revolución Popular
•SALA La guerra Civil y la constitución
•SALA Las bases del nuevo estado mexicano
•SALA El Cardenismo

LA CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO

El 15 de julio de 1867, la capital de México se vistió de fiesta para recibir a Juárez, que retornaba victorioso. Con su triunfo se consolidaba la república, que había sido amenazada y atacada por el imperio de Maximiliano y que la tenacidad del presidente constitucional y de sus colaboradores más cercanos, así como la resistencia del pueblo, había logrado sostener.

A los diez años siguientes, época en que se afianzó el gobierno republicano, se les llama a veces la República Restaurada aunque en realidad, la firmeza ejemplar del gobierno de Juárez logró que la república no desapareciera nunca.

Con el triunfo de Juárez y gracias al respeto que su gobierno tuvo por la Constitución y por las Leyes de Reforma, se consolidó el Estado mexicano. Disminuyó el desorden político y México comenzó a ser una república vigilante de sus leyes.

Juárez y su sucesor en la presidencia, Sebastían Lerdo de Tejeda, sabía que el país necesitaba impulsar su economía; rehacer la agricultura, multiplicar la industria, construir ferrocarriles y poblar las tierras no habitadas. Sin embargo, no pudieron realizar estos planes debido a la falta de recursos, las rebeliones de distintos pueblos indígenas que habían sufrido graves despojos de tierras, la inseguridad en los caminos llenos de bandoleros y las sublevaciones de algunos jefes militares.

En esa época se promulgaron leyes que fortalecieron la educación pública, y hubo más escuelas gratuitas que el gobierno sostenía para los niños. En 1873, además, se inauguró la primera línea de ferrocarriles, de la Ciudad de México a Veracruz. Fue construida con capital inglés y tardó quince años en terminarse.


EL PORFIRIATO 

Presintiendo que el presidente Lerdo de Tejada intentaría reelegirse, Porfirio Díaz decidió levantarse en armas. Formado en la guerra de Reforma y durante la intervención francesa, Díaz gozaba de gran prestigio entre los militares y de renombre en los círculos políticos del país. Con el triunfo del Plan de Tuxtepec, el cual lo llevó a la Presidencia de México para gobernar el periodo que comprende de 1876 a 1911 con un breve intermedio durante el gobierno de Manuel González.
En los 31 años del Porfiriato se construyeron en México más de 19,000 kilómetros de vías férreas con la inversión extranjera; el país quedó comunicado por la red telegráfica; se realizaron inversiones de capital extranjero y se impulsó la industria nacional.




LA REVOLUCIÓN DEMOCRÁTICA


“La revolución mexicana de 1910, no fue un proyecto de cambio social”
En la revolución mexicana de 1910, murieron miles de combatientes entre militares y rebeldes. Una guerra civil que duró 17 años. No fue ningún proyecto de cambio de ningún grupo político. Las condiciones de vida para la población eran esclavizantes: trabajo de sol a sol, sin descanso, maltrato, etc., aún con todo, la rebelión no fue organizada ni dirigida revolucionarios con un nuevo proyecto de país bajo un programa socialista. Se puede decir que casi no tuvo objetivos. No había partidos políticos de oposición. La conciencia de la revolución descansaba en los hermanos Flores Magón; quienes si tenían ideas de cambio y sabían que los derechos se debían de conquistar con la violencia, similar como se conquistó la independencia nacional y, no fueron las ansias de cambio de las condiciones de trabajo y de vida los factores que impulsó la rebelión, sino la falta de democracia en los procesos electorales.

LA REVOLUCIÓN POLÍTICA

El 13 de agosto de 1914, sobre el guarda fango de un automóvil, los generales revolucionarios Obregon y Lucio Blanco firmaron con el ultimo representante de un gobierno que se desmoronaba y con el jefe de un ejercito vencido en los campos de batalla, los acuerdos de Teoloyucan que formalizaron la entrega del poder a los revolucionarios vencedores, y la disolución del viejo ejercito.

LA REVOLUCIÓN POPULAR

La revolución política convocada por Francisco I. Madero y coronada por Venustiano Carranza desato una gigantesca movilización de masas, cuya explicación puede encontrarse en los agravios infringidos a las masas trabajadoras, particularmente campesinas durante el porfiriato. Entre otros agravios destacaba el despojo de tierras a los pueblos y comunidades por los hacendados con el apoyo y complicidad del gobierno. 

LA GUERRA CIVIL Y LA CONSTITUCIÓN

La guerra civil de 1915, que enfrento a los partidos de Carranza, o constitucionalistas, contra los de Villa y Zapata, llamados convencionistas, fue la etapa más violenta de la revolución mexicana. Se enfrentaron poderosos ejércitos mandados por jefes capaces, populares y carismáticos y termino con la destrucción militar de uno de los bandos. Los constitucionalistas victoriosos convocan a un congreso constituyente para reformar la constitución liberal de 1857. El primero de diciembre de 1916 Carranza entrego un proyecto restaurador de la constitución liberal a la que se añadía un poder ejecutivo fuerte.




LAS BASES DEL NUEVO ESTADO MEXICANO

El presidente Venustiano Carranza goberno nuestro pais de 1917 a 1920, tuvo la responsabilidad de poner en funcionamiento el nuevo gobierno.
Combatió a opositores de su gobierno, entre ellos a ex revolucionarios como Emiliano Zapata, a legisladores que se opusieron a sus iniciativas y disposiciones de gobierno. Campesinos y obreros se inconformaron por la crisis económica que se vivía. Al final un levantamiento armado desconoció a su gobierno por lo que Carranza tuvo que uir de la capital y finalmente murió asesinado.



EL CARDENISMO

Cardenismo es el nombre de la corriente ideológica inaugurada por Cárdenas; pero también se le llama así a la etapa en la que gobernó México de 1934 a 1940, aunque algunos detractores prefieren el término "Cadete". La corriente política del Cardenismo, surge así:
  • El ejército apoya el cardenismo y es leal a él, ya que le ha dado voz y voto y el poder presidencial que Lázaro Cárdenas llega a tener, no amenaza el poder militar, sino lo consolida, aunque a partir de Cárdenas el poder lo ostente la presidencia más que los generales.
  • Con los trabajadores impulsó el tema de los derechos mediante una gran confederación de trabajadores en donde todos estuvieron unidos al Estado y el Estado se comprometió a velar por los intereses de ellos.
  • El sector campesino y el indígena apoyan a Lázaro Cárdenas porque se les ofrece y entrega la reforma agraria.
  • A los empresarios les ofreció un proyecto económico viable.
  • A la iglesia la incluyó en su proyecto.



martes, 29 de mayo de 2012

MUSEO NACIONAL DE LAS INTERVENCIONES

Ubicación:20 de Agosto esq. General Anaya s/n Col. San Diego Churubusco CP 04120, Coyoacán, Distrito Federal
El Museo Nacional de las Intervenciones fue abierto al público el 13 de septiembre de 1981. El 6 de abril de 2006 se inauguró el salón de usos múltiples Gastón García Cantú y el centro de consulta El Catalejo de la historia, creado en la primera etapa del proyecto de reestructuración integral del museo, que ofrece al visitante la posibilidad de acercarse al conocimiento de la historia de México por medio de libros, folletos, videos, interactivos y discos sonoros.
La colección permanente del museo se compone de litografías, banderas, armas, mobiliario y accesorios tanto civiles como militares de época, combinados con diferentes reproducciones que permiten recrear museográficamente los hechos históricos, sobre todo los relacionados con las distintas invasiones militares de los siglos XIX y XX. Este museo ofrece visitas guiadas, eventos artísticos, conferencias y cursos relacionados con el tema de las intervenciones.
Se ubica en un antiguo convento que los franciscanos cedieron a la orden de los dieguinos en 1580, los cuales establecieron allí su noviciado y el colegio de formación de misioneros que evangelizaron Filipinas, China y Japón. El inmueble se usó como cuartel militar durante el siglo XIX y fue uno de los escenarios donde se libró una de las batallas más importantes contra el ejército estadounidense en 1847.
 El museo se divide en distintas salas :

•SALA Independencia,
•SALA Intervención española de 1829,
•SALA Intervención francesa o guerra de los pasteles, de 1838 a 1839;
•SALA Intervención norteamericana, de 1846 a 1848;
•SALA Intervención francesa, de 1862 a 1867;
•SALA República restaurada;
•SALA Porfiriato;
•SALA Revolución
•SALA Intervención norteamericana, de 1914 a 1916.

CONVENTO
El Convento de Churubusco, palabra que proviene del náhuatl "Huitzilopochco" que significa lugar del templo de Huitzilpochlti, tiene sus orígenes en los primeros años del siglo XVI, al establecer los recién llegados misioneros franciscanos un centro de evangelización en lo que anteriormente había sido un poblado prehispánico que databa del año 1065 d.C. Para su construcción los misioneros emplearon como en muchos otros casos de nuestro país, las mismas piedras de los templos prehispánicos para la realización de los distintos espacios religiosos, quedando el templo dedicado a la advocación de Santa María de los Ángeles. Años más tarde, el convento pasó a manos de los misioneros dieguinos, también conocidos como franciscanos descalzos, que con el paso de las décadas y gracias a los donativos de varios personajes del periodo virreinal, pudieron agregar nuevos espacios y mejorar las instalaciones con que contaban. Así el conjunto se encuentra integrado por una capilla y un área de habitaciones y claustro protegidos al norte con una huerta con árboles frutales, ventilando e iluminando sus espacios por medio de tres patios interiores así como por las huertas y el patio del descanso localizados al sur del convento .
Durante 1847, en plena intervención norteamericana, el convento fue designado sitio estratégico, razón por la cual funcionó como base de operaciones para el ejército mexicano para la defensa de la Ciudad de México, sin embargo el 20 de agosto de 1847, este convento fue escenario de una cruenta batalla en la que participaron las tropas mexicanas apoyadas por el famoso batallón de San Patricio que desde entonces hermana al pueblo de México con la República de Irlanda.



INDEPENDENCIA

La Independencia de México fue la consecuencia de un proceso político y social resuelto por la vía de las armas, que puso fin al dominio español en los territorios de Nueva España. La guerra por la independencia mexicana se extendió desde el Grito de Dolores, el 16 de septiembre de 1810, hasta la entrada del Ejercito Trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821.
El movimiento independentista mexicano tiene como marco la ilustración  y las revoluciones liberales de la última parte del siglo  XVIII. Por esa época la élite ilustrada comenzaba a reflexionar acerca de las relaciones de España con sus colonias. Los cambios en la estructura social y política derivados de las reformas borbónicas, a los que se sumó una profunda crisis económica en Nueva España, también generaron un malestar entre algunos segmentos de la población.






INTERVENCIÓN ESPAÑOLA DE 1829

Cuando Fernando VII recuperó su trono, se negó a aceptar la Independencia de México. En San Juan de Ulúa un reducto de tropas españolas se mantuvo en el fuerte y fue hasta 1825 cuando la armada mexicana logró derrotarlos. En 1827 una conspiración encabezada por el fraile dieguino Joaquín Arenas fue descubierta, el congreso formuló una ley para expulsar a los residentes españoles. En  1829 la expedición de  Isidro Barradas fue el último de los  intentos de reconquista en México, los expedicionarios penetraron por Veracruz, logrando avanzar hasta Tampico y Altamira. El 11 de septiembre de 1829 las tropas españolas capitularon ante las fuerzas comandadas por Antonio López de Santa Anna, pero el gobierno español reconoció la Independencia de México hasta 1836.




INTERVENCIÓN FRANCESA O GUERRA DE LOS PASTELES DE 1838 A 1839 

México había firmado tratados comerciales con  Inglaterra Estados Unidos y otros países europeos en 1825. Por su parte, el gobierno francés se negó a reconocer México como un nuevo país independiente hasta  1830, pues la dinastía de los Borbones gobernaba las naciones de Francia y España, y esta última no había reconocido la independencia de sus colonias. Pero con la Revolución de julioLuis Felipe I ocupó el trono, libre de todo compromiso con Fernando VII de España, firmó dos acuerdos comerciales con el gobierno mexicano.
México tenía la experiencia de las desventajas que implicaba el libre comercio con las potencias industrializadas, por lo cual el congreso desaprobó la firma de uno de los tratados. Éste permitía a los residentes franceses el comercio a menudeo en territorio mexicano. Por otra parte, en México existían constantes enfrentamientos entre federalistas y centralistas, y las luchas armadas provocaban una inestabilidad e inseguridad social a la población civil. El ministro francés Antonie Deffaudis, quien pretendía a toda costa la firma del tratado, aprovechó la disyuntiva y recabó firmas entre todos los comerciantes franceses afectados por la soldadesca para exigir indemnizaciones al gobierno mexicano por daños a sus establecimientos, entre ellos se encontraba un pastelero. Además de las indemnizaciones, el ministro exigió la firma del anhelado tratado.









INTERVENCIÓN NORTEAMERICANA DE 1846 A 1848

Cuando la anexión de Texas a los Estados Unidos se concretó, el ministro mexicano en Washington dio por terminada su misión diplomática, y las relaciones entre ambos países se rompieron. El general Zachary Taylor estableció un campamento en Brownsville, al norte del  río Bravo, lugar que pertenecía al estado de Tamaulipas. Esta situación provocó una escaramuza entre soldados mexicanos y estadounidenses. El presidente James K. Polk declaró la guerra a México el 13 de mayo de 1846, el gobierno mexicano respondió de igual manera el 7 de julio del mismo año, de esta manera comenzó la primera  Intervención estadounidense en MéxicoTan solo cinco años después, durante la dictadura de Santa Anna, los colonos estadounidenses utilizaron nuevamente la estrategia de invadir y luego negociar. Con la intención de construir un ruta de ferrocarril transcontinental, los estadounidenses invadieron el territorio de La Mesilla, ante la imposibilidad de defender militarmente la frontera Santa Anna prefirió las negociaciones diplomáticas. El ministro James Gadsen fue el encargado de llevar las negociaciones demandando la venta de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Sonora y la Península de Baja California. El 13 de diciembre de 1853 Santa Anna logró disuadir las ambiciosas expectativas y vendió La Mesilla por diez millones de pesos.
 







INTERVENCIÓN FRANCESA DE 1862 A 1867

México continuó viviendo tiempos violentos a través de la revolución de Ayutla, la promulgación de la Constitución de 1857 y la Guerra de ReformaBenito Juárez fue electo presidente, al tomar el cargo el 16 de julio de 1861, decidió suspender el pago de la deuda del Estado por dos años. España, Francia e Inglaterra, principales acreedores de México firmaron la Convención de Londres el 31 de octubre, formando una alianza tripartita para exigir la protección de sus súbditos, el pago de la deuda, y la creación de un régimen estable en el país americano.
La Segunda Intervención Francesa en México fue comandada por el general Latrille, quien llevó el avance de sus tropas a través de Fortín, Orizaba y las Cumbres de Acutzingo. El 5 de mayo se confrontó la Batalla de Puebla, en la cual salieron victoriosas las fuerzas mexicanas bajo el mando del general Ignacio Zaragoza.










REPÚBLICA RESTAURADA

Los conservadores mexicanos disuadieron a Maximiliano, pero el reducido ejército imperial fue vencido el 15 de mayo de 1867. Maximiliano, Miguel Miramón y Tomás Mejía fueron fusilados el 19 de junio en el Cerro de las Campanas. Juárez retornó a la Ciudad de México el 15 de julio y fue relecto para el período 1867-1871. La situación económica en el país era deplorable, se restablecieron relaciones diplomáticas con Rusia, Italia y España. Al terminar la Guerra de Secesión, los Estados Unidos cambiaron su política de expansionismo territorial por una política de exportación de capitales, sin ser México la excepción a sus inversiones.


PORFIRIATO

Juárez se presentó como candidato y ganó las elecciones nuevamente en 1871. Porfirio Díaz, liberal moderado, que había luchado a lado de Juárez no estuvo de acuerdo con la política reeleccionista y lanzó el Plan de la Noria. Díaz fue apoyado por varios generales en Zacatecas, Nuevo León, Coahuila, Sinaloa, Sonora y Durango, sin embargo Juárez murió repentinamente el 18 de julio de 1872. Sebastián Lerdo de Tejada ocupó la presidencia y se intentó reelegir en 1876. Porfirio Díaz nuevamente bajo el concepto de no reelección publicó el Plan de Tuxtepec y desencadenando así la Revolución de Tuxtepec de la cual salió triunfante. Díaz ejerció su primer período presidencial y al terminar su mandato respeto su propia ideología de no reelección. Manuel González ejerció el siguiente período como presidente, cuando éste terminó Díaz decidió presentarse nuevamente como candidato a la presidencia. Ganó las elecciones y de nueva cuenta en el poder decidió modificar la Constitución, de esta forma se reeligió durante los comicios de 1888, 1892, 1896, 1900, 1904 y 1910. Considerando su primer período presidencial, fueron treinta años durante los cuales ejerció el poder, esta época es conocida como el porfiriato.
Con la ayuda del ejército impusó la "paz porfiriana" reprimiendo las rebeliones políticas, así como las sublevaciones indígenas de los yaquis en Sonora y de los mayas cruzoob en Yucatán. No obstante, logró un desarrollo económico por medio de inversiones extranjeras en el ramo minero y petrolero. Las propiedades eclesiásticas que fueron nacionalizadas por las Leyes de Reforma fueron vendidas a precios irrisorios, lo cual conllevó al latifundismo. La inconformidad obrera y campesina comenzó a expresarse con la huelga de Cananea y la huelga de Río Blanco, las cuales fueron reprimidas por el ejército.





REVOLUCIÓN

Durante el primer año de la Revolución mexicana Díaz renunció a la presidencia y abandonó el país. Francisco I. Madero fue electo presidente, asumió su puesto en noviembre de 1911 e intentó conseguir inútilmente la concordia entre las diferentes facciones de los revolucionarios. Las revueltas sociales fueron protestadas por los embajadores acreditados en México con el fin de asegurar el bienestar de los residentes extranjeros. Especialmente el embajador Henry Lane Wilson exigió garantías para las inversiones estadounidenses. Él y su gobierno estaban a disgusto con Madero, pues éste había creado un impuesto a la exportación petrolera.
Bernardo Reyes y Félix Díaz (sobrino de Porfirio) organizaron un golpe de estado, el cual fue apoyado por el embajador estadounidense quién en el sótano de la embajada imprimió panfletos para conseguir adeptos a la rebelión que comenzó el 9 de febrero de 1913 y que fue conocida como la Decena trágica. Madero designó a Victoriano Huerta para enfrentar la rebelión, el embajador estadounidense incitó a Huerta a unirse a los porfiristas por medio de llamado Pacto de la Ciudadela. La traición de Huerta culminó con los asesinatos del presidente Madero y del vicepresidente José María Pino Suárez. La voz popular para señalar la política intervencionista de los Estados Unidos, rebautizó el acuerdo como el Pacto de la embajada.


INTERVENCIÓN NORTEAMERICANA DE 1914 A 1916

Esta Tercera Intervención estadounidense comenzó con una fuerza de cinco mil hombres, la cual en un corto período, se incrementó a doce mil. Por primera vez en la historia militar de los Estados Unidos, se emplearon autotransportes, tanques de guerra y aviones. Carranza protestó la intervención, pero como los objetivos eran favorables a sus intereses personales, ordenó a sus hombres no confrontar a los soldados estadounidense. Las fuerzas de Villa realizaron nuevos ataques al otro lado de la frontera mexicana, y a pesar de las órdenes de Carranza, los constitucionalistas libraron batallas en Parral y el Carrizal contra los soldados estadounidenses. El gobierno estadounidense desplazó una fuerza de ciento diez mil soldados a la frontera, pero antes de comenzar la invasión se establecieron conversaciones diplomáticas en El Paso y en Atlantic City. Los gastos militares eran de un alto costo para los Estados Unidos y no se lograba el objetivo de capturar a Villa, por otra parte en Europa se libraba la Primera Guerra Mundial; ante estas expectativas el presidente Wilson decidió retirar a su ejército. Después de once meses de ocupación, los soldados estadounidenses desalojaron el país el 5 de febrero de 1917.











viernes, 30 de diciembre de 2011

MUSEO DEL CARACOL

Su verdadero nombre es Glorieta de la Lucha del Pueblo Mexicano por su Libertad, se conoce como Museo del Caracol por su disposición museográfica en espiral en el que se observan maquetas, cuadros, litografías y fotografías que narran la Historia de México.
La estructura del edificio está formada por un cilindro, dentro del cual una espiral lo subdivide en 4 pisos del extremo superior hacia el inferior.
Se ubica a un costado de las instalaciones del Museo Nacional de Historia (Castillo de Chapultepec), y su principal acceso es por Pasillo Metro.

Sala 1: Los años finales del virreinato


muestra como era la vida novohispana en el ocaso del virreinato. aborda el tema de la pirateria que tuvo gran importancia en los procesos comerciales. Asi mismo documenta los antecedentes y causa de la guerra de independencia, tomando como referencia la conspiracion, origen del movimiento.

Sala 2 : El levantamiento de Hidalgo


Presenta la campaña militar de Hidalgo que inicio en el pueblo de Dolores asi como la entrevista en Charo y las cruciales batallas de Guanajuato y Monte de las Cruces. Termina con la captura de Hidalgo y de los principales dirigentes del movimiento. Actos reelevantes de esta etapa son :
*La abolicion de la esclavitud
*La suprecion del pago de tributos de los indios y castas.


Sala 3 : La participación de Morelos

Al morir el cura hidalgo y los primeros dirigentes, la conducción de la insurgencia quedo a cargo de Ignacio López Rayón y posteriormente de José María Morelos y Pavón. Los dioramas representan las principales acciones velicas del ejercito de Morelos, los trascendentales momentos de la creación del congreso de Anáhuac, el juicio y muerte de Morelos, la participación de Vicente Guerrero así como la campaña militar del español Xavier Mina.

Sala 4: La consumación de independencia


Presenta los acontecimientos más relevantes de la última etapa de la independencia; el encuentro entre Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, la entrada triunfal del ejercito trigarante a la ciudad de México el 27 de septiembre de 1821, evento que marca el fin de la guerra. Así como” La coronación de Iturbide” como emperador de México, primer ensayo de organización política de la nación independiente.





Sala 5: Nace la república mexicana


Tras la caída de Iturbide el gobierno provisional convoco a la formación del primer congreso constituyente en 1824 que estableció la república federal con sus poderes legislativo, ejecutivo y con la religión católica como única. Así mismo encontramos las batallas libradas por la república en contra de fuerzas de ocupación españolas, primero en la fortaleza de San Juan de Ulúa en 1825 y más tarde en el estado de Tamaulipas en 1829. La sala concluye con la batalla del álamo, en la que Santa Anna intenta reprimir a los independentistas texanos.


Sala 6: La invasión norteamericana


Se ilustran las principales acciones velicas de la invasión norteamericana como las batallas de la angostura, Churubusco y el asalto al castillo de Chapultepec el 13 de septiembre de 1847. Intervención armada que termina con la firma de los tratados de paz conocidos como de Guadalupe Hidalgo, en febrero de 1848 con la pérdida de más de la mitad del territorio.


Sala 7: La guerra de reforma


Al triunfar la revolución de Ayutla que logra la destitución de Santa Anna del poder, los gobiernos liberales de Juan Alvares y posteriormente de Ignacio Commonfort, promulgaron las primeras leyes de reforma encaminadas a fortalecer al estado frente al poder corporativo de la iglesia. Reformas que condujeron a la promulgación de la primera constitución liberal en 1857 y a la guerra de reforma o también llamada de 3 años. Movimiento armado que termina con el triunfo de los liberales sobre los conservadores, en la batalla de Calpulalpan el 22 de diciembre de 1860.





Sala 8: La intervención francesa (1862-1867)


Constituyen el eje de la sala, el ascenso y la caída del imperio del noble austriaco Maximiliano de Habsburgo apoyado por el partido conservador mexicano y por el ejército de Napoleón III. En la sala se encuentran escenificadas la batalla de puebla en 1862; el ofrecimiento de parte de los conservadores del trono mexicano al príncipe austriaco; la entrada triunfal de Maximiliano y Carlota a la ciudad de México en 1862, las principales batallas entre las fuerzas liberales e imperiales y el fusilamientos del emperador en el cerro de las campanas en Querétaro.



Sala 9: La república restaurada y el porfiriato

La muerte de Maximiliano represento la victoria definitiva de la causa liberal frente a los conservadores. Dando inicio a un periodo de relativa estabilidad política en el que se llevaron a la práctica las medidas políticas, económicas, sociales y educativas, decretadas por los liberales.


Sala 10: El ocaso del porfiriato


El desarrollo económico del porfiriato trajo como consecuencia el desmedido enriquecimiento de los dueños de las tierras, comercios e industrias, en tanto que la mayor parte de la población padecía una sobre explotación de su trabajo y el despojo de sus tierras. En estas condiciones el régimen de Porfirio Díaz reprimió las manifestaciones de descontento.




Sala 11: la revolución mexica


En 1910 en el centenario de la independencia, Francisco I. Madero encabezo la oposición que pretendía instaurar un sistema democrático. Madero participo en las elecciones presidenciales, pero fue encarcelado por el presidente días tras huir de su cautiverio emitió el plan de San Luis, estallando la revolución el 20 de noviembre de 1910.



Sala 12: la constitución de 1917 y el México actual


Una vez que las fuerzas constitucionalistas encabezadas por Venustiano Carranza se erigieron como triunfantes en contra de las fuerzas villistas y zapatistas en 1915 Carranza convoco a un congreso constituyente para reformar la carta magna, mismo que el 5 de febrero de 1917, en la ciudad de Querétaro, promulgo la constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, documento que rige hasta la actualidad.


Recinto de la constitución

En esta singular sala ubicada en el interior de un torreón con muros de tezontle, se encuentra un altar vitrina que alberga la reproducción similar de la constitución política de nuestro país promulgada en 1917. Concluye así la visita, presentando la carta magna que constituye la piedra angular sobre la que se ha edificado la nación mexicana.



                                                       MUSEO NACIONAL DE HISTORIA

El museo nacional de historia mantiene en su interior la división fundamental entre el castillo y el alcázar aunque en sentido estricto ambos términos significan lo mismo, el tiempo y la museografía ha preferido utilizarlos para identificar dos áreas que han desempeñado funciones diferentes en la historia del edificio. En el alcázar se ha conservado el sentido residencial que le otorgaron los gobernantes: sus recamaras y salones recrean ambientaciones de época que remiten a la vida cotidiana de quienes aquí vivieron para mostrar en palabras de los fundadores del museo un escenario de profundas reminiscencias por el paso en el de personajes reconocidos en las etapas de la historia.



                                                            LA CONQUISTA ESPAÑOLA

La conquista española de Mesoamérica comenzó en 1519 y concluyó con la toma de Tenochtitlán (1521) y con la derrota de las culturas indígenas de Yucatán (1527).

Los españoles se dirigieron a Centroamérica para finalizar la conquista de Mesoamérica. Muchos pobladores de aquellos territorios murieron en combate o por las enfermedades que los conquistadores trajeron consigo. Los mesoamericanos que sobrevivieron padecieron después la esclavitud y vieron desaparecer buena parte de su propia cultura. Pero muchos elementos de las culturas mesoamericanas quedaron a salvo, y se mezclaron con las tradiciones europeas: fue el origen de una nueva civilización.



                                                                      ÉPOCA COLONIAL

Virreinato de Nueva España, entidad político-administrativa establecida por los monarcas españoles durante el periodo colonial (inicios del siglo XVI-principios del siglo XIX)

Nueva España fue el nombre que dio Hernán Cortés a las tierras que conquistó, expresando que así la llamaba por las semejanzas que guardaba con España. Esta designación aparece ya oficialmente en una real cédula del emperador Carlos V (el rey español Carlos I), de fecha 15 de octubre de 1522.





Un virrey nombrado al efecto ejercía, en nombre del rey, el gobierno de Nueva España. A lo largo del periodo colonial hubo 63 virreyes, siendo el primero Antonio de Mendoza y el último Juan O’Donojú, quien suscribió con Agustín de Iturbide en 1821 el tratado en el que se reconocía la Independencia de México. En Nueva España se establecieron formalmente divisiones territoriales que se mantuvieron hasta 1776, cuando, hallándose en México el visitador general José de Gálvez, se creó la comandancia general de las Provincias Internas, y, diez años más tarde, las intendencias.

En Nueva España se crearon asimismo circunscripciones religiosas desde fecha muy temprana.

La vida económica del virreinato se apoyaba principalmente en las producciones agrícolas que muchas veces incluían cultivos tradicionales indígenas y otras los introducidos por los españoles. Se desarrolló asimismo, sobre todo en las regiones del norte, la ganadería. Ésta influyó profundamente en la vida y cultura del país. En función de ella florecieron la charrería, las corridas de toros y las de caballos. La minería llegó a tener también un auge muy grande, en especial la explotación de la plata, que hizo famoso a México en el mundo.

Los frailes fundaron escuelas para jóvenes nativos en diversos lugares.


                                                      INDEPENDENCIA DE MEXICO


Es un hecho importante en la historia de nuestro país, que recordamos como el grito de Dolores, donde se menciona la primera manifestación mexicana en contra de la dominación española. Los hechos sucedieron tras la fallida conspiración de Valladolid en 1809, que se extendió a la ciudad de Querétaro, protegida por el corregidor Miguel Domínguez, quien permitía se reunieran en la casa del presbítero Miguel Sánchez, abogados, sacerdotes y militares como Ignacio Allende y Juan Aldama. A ellos se unió el párroco del pueblo de Dolores, Miguel Hidalgo y Costilla. Descubierta la conspiración, doña Josefa Ortiz, esposa del corregidor, alertó a Hidalgo, quien en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, en la primera misa con los vecinos de su parroquia, proclamó la independencia y en compañía de un reducido grupo de patriotas se alzó en armas, En esta fecha dos acontecimientos obligaron a Hidalgo a tomar esta decisión: la llegada del nuevo virrey Francisco Javier Venegas, teniente general del Ejército e intransigente defensor de la causa realista, y el fracaso de la conspiración de Querétaro (1809) que había sido descubierta y encarcelados sus participantes.

En Dolores, el cura Hidalgo se reunió con Ignacio María de Allende y Mariano Abasolo y decidió encabezar un levantamiento popular. Al amanecer del día 16 de septiembre, aprovechando que su misa del domingo era muy concurrida y acudían gentes de la población y rancheros de todas partes de la comarca pronunció una arenga, que se ha dado en llamar el grito de Dolores, un grito de rebelión al que se unieron millares de campesinos e indios, iniciándose así una guerra por la Independencia que no triunfaría sino hasta 1821.




                                                INTERVENCIÓN NORTEAMERICANA

Conflicto bélico que enfrentó a Estados Unidos y México, desde 1846 hasta 1848.

Las causas principales de la guerra fueron: la anexión de la República de Texas llevada a cabo el 29 de diciembre de 1845 por Estados Unidos, que la convirtió en su 28º estado; las reclamaciones de aquellos ciudadanos estadounidenses contra el gobierno mexicano, que habían sido heridos y sus propiedades arrasadas durante los frecuentes enfrentamientos civiles entre liberales y conservadores mexicanos en esta época; y, por último, el deseo de Estados Unidos de adquirir California y Nuevo México (entonces provincias mexicanas).

En noviembre de 1845, el presidente James K. Polk envió al diplomático John Slidell a México para negociar una modificación de las fronteras, a cambio de la asunción por el gobierno de Estados Unidos de las reclamaciones de los ciudadanos estadounidenses contra México, y también para hacer una oferta de compra de California y Nuevo México. Las autoridades mexicanas rehusaron negociar con Slidell a pesar de su debilidad interna. A su vez, el presidente Polk afirmó que el avance mexicano era una invasión del territorio de Estados Unidos y presionó en el Congreso, que declaró formalmente la guerra a México el 13 de mayo de 1846. México, por su parte, hizo el 7 de julio de 1846 su propia declaración de guerra.



Durante la Guerra Mexicano-estadounidense, las tropas invasoras desembarcaron en la costa atlántica mexicana el 9 de febrero de 1847 y cercaron la ciudad de Veracruz, que fue conquistada el 29 de marzo siguiente por el general Winfield Scott.

El plan de la campaña militar estadounidense constaba de tres objetivos: la invasión del norte de México llevada a cabo por Taylor; la ocupación de Nuevo México (agosto de 1846) y California (julio de 1846) por tropas al mando del coronel Stephen Watts Kearny; y, por último, el bloqueo de las costas mexicanas. Incluso antes de que se declarara oficialmente la guerra, Taylor ya había derrotado a los mexicanos en las batallas de Palo Alto (8 de mayo de 1846) y Resaca de la Palma (9 de mayo), obligándoles a retroceder hacia el río Grande del Norte; sólo entonces se adentró en México, ocupó Matamoros (en Tamaulipas) el 18 de mayo, conquistó Monterrey (24 de septiembre) y se enfrentó a las fuerzas mexicanas, al mando del general y presidente Antonio López de Santa Anna, en la tenazmente disputada batalla de Buena Vista (22 y 23 de febrero de 1847). Kearny ocupó lo que hoy es Nuevo México, e, internándose en California, participó en la conquista de ese territorio. Bajo el mando del comodoro John Drake Sloat y del capitán John Charles Frémont, California ya había declarado su independencia de México, siendo declarado en julio de 1846 territorio de Estados Unidos.



A pesar de estas victorias estadounidenses y del éxito del bloqueo, México se negó a reconocer su derrota, por lo que Estados Unidos decidió enviar una expedición militar para conquistar la capital mexicana y poner así fin a la guerra. Tras un prolongado y cruento cañoneo de la ciudad, las tropas estadounidenses al mando del general Winfield Scott, que había desembarcado el 9 de febrero con 13.000 hombres, conquistaron Veracruz (29 de marzo de 1847) y derrotaron a los mexicanos —que al mando del general Santa Anna le esperaban— en Cerro Gordo, y posteriormente en Contreras y Churubusco. Más tarde, ocuparon Casa Mata y Molino del Rey; y, a continuación, tomaron al asalto el castillo situado en el cerro de Chapultepec —a pesar de la tenaz resistencia de los cadetes del Colegio Militar, popularmente conocidos como los Niños Héroes—, ruta de acceso a la ciudad de México, que cayó el 14 de septiembre de 1847.




El Tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado el 2 de febrero de 1848, restableció la paz, que supuso para México la pérdida de más de la mitad de su territorio original. El río Grande del Norte se convirtió en la frontera meridional de Texas, mientras que California y Nuevo México fueron cedidos a Estados Unidos. En contrapartida, Estados Unidos desembolsó a México la suma de 15 millones de dólares, pagaderos en cinco plazos anuales, y se comprometió a solucionar todas las reclamaciones de sus ciudadanos contra México, que superaban los 3,5 millones de dólares.

La guerra con Estados Unidos supuso para México la pérdida de más del 55% de su territorio (2.400.000 km2), en tanto que Estados Unidos, cumpliendo con la doctrina del destino manifiesto, proclamada por John L. Sullivan en 1845, se anexionó tierras de enormes riquezas agrícolas, mineras y petroleras, puertos excelentes y logró una dominante situación estratégica y geopolítica mundial.

El desenlace final supuso la pérdida de una inmensa cantidad de territorios de nuestro país en beneficio de Estados Unidos.

                                                     INTERVENCION FRANCESA

La situación económica de México empeoró después de la Guerra de Reforma.

El campo y la minería estaban abandonados, el comercio interior y exterior había decaído, y no se reunían suficientes impuestos. Por todo esto, el gobierno no tenía dinero para cubrir sus gastos e invertir en la mejora de caminos y puertos. Además, debido a las constantes luchas, el ejército había crecido y los gastos para mantenerlo eran enormes. Así, una de las medidas adoptadas por los diferentes gobiernos desde la independencia fue recurrir a préstamos que incrementaron la deuda externa del país, debido a los intereses tan elevados.

Ante la falta de recursos, Juárez decidió dejar de pagar la deuda que se tenía con Inglaterra, Francia y España, aunque prometió volver a pagar en cuanto fuera posible. En respuesta, estos países bloquearon los puertos del Golfo de México, para afectar el intercambio comercial y exigir la liquidación de su deuda.

Juárez negoció con España e Inglaterra el retiro de sus ejércitos, pero Francia inició la intervención en México.

El bloqueo de los puertos del Golfo colocó al gobierno liberal en una posición difícil. Juárez negoció con los generales extranjeros que habían ocupado Veracruz y logró que ingleses y españoles retiraran sus flotas. No obstante, Francia no aceptó y desembarcó sus tropas, las cuales se dirigieron a la capital de la República.

Como vimos anteriormente, los conservadores deseaban que en México se estableciera una monarquía encabezada por un miembro de la realeza europea, por esta razón se sumaron a las tropas invasoras.

El gobierno de Benito Juárez intentó detener el avance de los invasores. En Puebla, el ejército liberal, encabezado por Ignacio Zaragoza, logró una importante victoria el 5 de mayo de 1862. Pero Napoleón III, emperador de Francia, envió 30 mil soldados para apoyar el avance invasor, gracias a lo cual los franceses ocuparon Puebla y un mes después llegaron a la Ciudad de México.

Esto obligó al gobierno liberal a reubicar su sede en diferentes estados del país, hasta situarse en Paso del Norte (hoy Ciudad Juárez), Chihuahua, desde donde continuó la guerra en defensa de la soberanía del país. Al mismo tiempo, los conservadores siguieron con el proyecto de establecer

una monarquía.

Cuando los franceses tomaron la Ciudad de México, convocaron a una asamblea formada por los principales conservadores, quienes proclamaron la creación del Imperio mexicano y ofrecieron el trono a Maximiliano de Habsburgo, para lo cual enviaron una representación hasta el castillo de Miramar, en Trieste.

Dos años después de haber iniciado la guerra contra la intervención francesa, Maximiliano y su esposa, Carlota Amalia, princesa de Bélgica, llegaron a México para ocuparse del gobierno monárquico apoyado por los conservadores. Los liberales, encabezados por Juárez se negaron a reconocer esta autoridad; aun así, el imperio logró imponerse en aquellas zonas del país dominadas por el ejército francés.

Por su parte, el gobierno liberal se mantuvo en las regiones que había logrado defender. Así, durante el tiempo que duró la intervención francesa, México tuvo dos gobiernos: uno republicano constitucionalmente establecido y otro monárquico apoyado por fuerzas extranjeras.


                                                                      REPUBLICA



En julio de 1867, la capital de México recibió a Juárez, que regresaba triunfante luego de la derrota del imperio. Con esta victoria se restableció la República, por lo que al periodo entre 1867 y 1876 se le conoce como República Restaurada.

A consecuencia de tantos años de lucha, al restaurarse la República, el país enfrentaba dificultades: en el ámbito político, el partido Liberal se dividió porque una parte de este grupo se oponía a la reelección presidencial de Benito Juárez.

Al término de la guerra, Juárez restableció su gabinete con civiles; algunos militares que habían participado durante la guerra contra el imperio (entre ellos Porfirio Díaz) se molestaron por no haber sido tomados en cuenta para formar parte del gobierno. Además, había un conflicto entre el centro del país y el resto de las regiones, debido a que durante la guerra los jefes militares controlaban las actividades económicas de algunas regiones, y se apropiaban de sus recursos. Juárez trató de quitarles este poder a los militares, lo que provocó su descontento.

Por otro lado, los miembros del partido Conservador que habían apoyado a Maximiliano sufrieron represalias.


La difícil situación económica se agravó; la carencia de recursos fue uno de los principales problemas de la República Restaurada. Benito Juárez y su sucesor en la presidencia, Sebastián Lerdo de Tejada, sabían que el país necesitaba impulsar su economía, reactivar la producción agrícola, fomentar la industria, construir ferrocarriles y poblar las regiones que no estaban habitadas.

Por ello, se enfocaron en reorganizar la Hacienda Pública, con la idea de conseguir recursos necesarios para mejorar la situación del país. Pero, finalmente, no pudieron realizar sus planes debido a la falta de recursos, las rebeliones de campesinos que habían sido despojados de sus tierras, la inseguridad en sus caminos y las sublevaciones de algunos jefes militares.




                                                                   PORFIRIATO



Entre 1870 y 1920, nuestro país vivió cambios muy importantes. Con la llegada de Porfirio Díaz a la presidencia, se inició la recuperación de la economía y la reconciliación entre los grupos que hasta entonces se disputaban el poder, se resolvió el problema de la deuda externa y otros países invirtieron en México.

Sin embargo, gran parte de la población continuó viviendo en la miseria, sometida a trabajos excesivos y con poca paga, lo cual produjo descontento.

Para mantener el orden, Porfirio Díaz estableció un gobierno autoritario: reprimió duramente a quienes no estaban de acuerdo con él, limitó la libertad de expresión y se mantuvo en la presidencia por más de 30 años, negándose a efectuar elecciones libres.

En el área económica, Porfirio Díaz buscó atraer inversiones extranjeras, para lo cual ofreció a los empresarios facilidades y ventajas para hacer negocios en México.

La minería, la electricidad, el petróleo, la construcción de ferrocarriles, la producción de hilados y tejidos, y en general las comunicaciones (teléfonos, telégrafos, bancos, puertos) fueron las principales actividades económicas de la época y empresarios de Estados Unidos, Francia, Alemania y Gran Bretaña, invirtieron en ellos.

Gracias a las inversiones, tanto extranjeras como nacionales, se reactivó el comercio, se estimuló

el crecimiento de las ciudades, se generó empleo y se impulsó la producción agrícola; todo esto permitió que mejoraran las condiciones de vida de la clase media y los profesionistas.

 No obstante, los beneficios de esta prosperidad no llegaron a otros sectores de la población como campesinos, obreros, artesanos, jornaleros, pequeños comerciantes e indígenas.

Hacia 1884, la inversión extranjera era de 100 millones de pesos y para finales del Porfiriato se elevó 34 veces más.



Al final del siglo XIX empezó un proceso de modernización en nuestro país, debido al cual la vida en algunas ciudades tuvo cambios notables; en general, la tecnología transformó la vida y el paisaje de diversas regiones del país.

Se construyeron numerosas vías ferroviarias, lo que ayudó a la integración y el fortalecimiento económico de diferentes zonas del país, pues los viajes en tren resultaron más rápidos, cómodos y seguros.

También se introdujeron otros transportes, como el automóvil, el tranvía eléctrico y la bicicleta, que permitieron mejorar el traslado de personas y sustituyeron a las carretas y tranvías tirados por mulas.



Las comunicaciones y otros avances tecnológicos modificaron la vida laboral y cotidiana. Con la generación y el uso de la electricidad en las ciudades, se favoreció una actividad nocturna más intensa.

El cinematógrafo dio nuevos espacios de diversión y esparcimiento a la sociedad; la cámara fotográfica representó un medio para perpetuar escenas cotidianas y personajes de la época, y los teléfonos se volvieron el contacto de comercios y casas adineradas que tenían acceso a este medio de comunicación.

Sin embargo, la introducción de estos avances hizo más evidentes las desigualdades sociales en el país. El crecimiento económico y la industrialización implicaron el dominio de unos cuantos.

 Las ciudades fueron el escenario en donde se podían observar con claridad los enormes contrastes entre la riqueza y la pobreza.



                                                        REVOLUCION MEXICANA



Hacia finales del siglo XIX y principios del XX se formaron distintos grupos políticos que exigieron elecciones democráticas. Asimismo, se fundaron periódicos opositores al gobierno, como El Hijo del Ahuizote, Excélsior y Regeneración.

En 1908, Porfirio Díaz concedió una entrevista al periodista estadunidense James Creelman, en la cual afirmó que no pensaba competir en las siguientes elecciones presidenciales, pues consideraba que México estaba listo para gobernarse democráticamente. Pero en realidad él no tenía la intención de abandonar el poder.



Ese mismo año, Francisco I. Madero publicó su libro La sucesión presidencial en 1910, en el cual propuso crear un partido político que se opusiera a la reelección de Díaz. Al año siguiente fundó el Partido Nacional Antirreeleccionista y se postuló a la presidencia de la República. Como candidato, viajó por el país para dar a conocer sus ideas políticas, destacando entre ellas su empeño en convertir a México en un país democrático, gobernado por la ley y donde los distintos grupos sociales vivieran en armonía.

Madero obtuvo gran apoyo durante su campaña electoral. Esto alarmó a Díaz, quien ordenó encarcelarlo bajo el cargo de sublevar a la población y de ultrajar a las autoridades. De este modo las elecciones se realizaron mientras Madero se hallaba preso. Los votos a su favor fueron anulados de modo que Porfirio Díaz volvió a ganar la presidencia. Madero logró escapar y protestó

por esta situación por medio del Plan de San Luis, el cual convocaba a la población a levantarse en armas contra el gobierno.

Su llamado encontró respuesta en diversas regiones del país: en Chihuahua, con Francisco Villa y Pascual Orozco; en Puebla, con los hermanos Aquiles, Máximo y Carmen Serdán; y en Morelos, con Emiliano Zapata. Para principios de 1911, los levantamientos se extendieron exitosamente por

diferentes regiones. En mayo, el general Díaz renunció a la presidencia y abandonó el país. Enseguida se realizaron elecciones libres en las que resultó triunfador Francisco I. Madero.



 

Madero trató de gobernar con apego a la ley y respetando las libertades democráticas. Sin embargo, enfrentó graves problemas. Algunos de sus partidarios esperaban respuestas inmediatas a las demandas sociales y al no obtenerlas se alzaron en armas nuevamente, como sucedió en el caso de Emiliano Zapata. Por otra parte, ni los antiguos porfiristas ni los empresarios extranjeros favorecidos por Díaz veían con buenos ojos al nuevo presidente.

En febrero de 1913, un grupo de militares, apoyados por el embajador de Estados Unidos, se rebelaron contra el gobierno en la Ciudad de México. Este episodio fue conocido como la “Decena Trágica” porque en los 10 días que duraron los combates hubo muchos muertos. Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez fueron asesinados por órdenes del general Victoriano Huerta, quien usurpó la presidencia de México.

Ante este hecho, Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, elaboró el Plan de Guadalupe, en el que se desconoce a Victoriano Huerta como presidente y se autonombra primer jefe del ejército constitucionalista, llamado así porque el plan exigía el respeto a la Constitución.



Durante la Revolución, en distintas partes del país se levantaron en armas grupos revolucionarios con diferentes proyectos políticos. Éstos se organizaron en torno a caudillos como Emiliano Zapata, Francisco Villa, Venustiano Carranza y Álvaro Obregón. Cada uno de ellos elaboró un documento en el que plasmaron sus demandas.

El Plan de Ayala, propuesto por Emiliano Zapata, demandaba el reparto de tierras a indígenas y campesinos, y la entrega de terrenos, montes y aguas a quienes los necesitaran. El movimiento zapatista expresaba las demandas de los campesinos mexicanos que habían sido despojados por los hacendados porfiristas, por lo que peones, jornaleros y otros trabajadores del campo del centro y sur del país se unieron a dicho movimiento.

El movimiento villista representó los anhelos y las necesidades de los trabajadores del campo en el norte del país, quienes reclamaban el reparto de las tierras de las grandes haciendas agrícolas y ganaderas donde trabajaban. Villa elaboró la Ley Agraria General, en la que destacaba la reducción de las grandes propiedades territoriales a límites justos, distribuyendo equitativamente las tierras excedentes.



Venustiano Carranza fue gobernador de Coahuila durante el gobierno de Madero y a su muerte se convirtió en el principal líder revolucionario. Consideró necesario reformar la Constitución para impulsar de manera más equitativa la sociedad, el comercio, la industria y favorecer la educación.

Álvaro Obregón apoyó a Carranza y se sumó al ejército constitucionalista, pues coincidía con él en la idea de hacer de México un país próspero y moderno.

Cuando Victoriano Huerta usurpó la presidencia, villistas y zapatistas se unieron a Venustiano Carranza para combatirlo. Ante esto, en agosto de 1914, Huerta dejó el país y Carranza, que había sido reconocido como jefe por otros caudillos, entró triunfante en la Ciudad de México.

Al ocupar Carranza la presidencia los revolucionarios se enfrentaron, pues muchos, entre ellos Zapata y Villa, no estuvieron de acuerdo, porque pensaban que no se identificaba con los intereses del campesinado. Los jefes revolucionarios se reunieron en Aguascalientes y nombraron presidente a Eulalio Gutiérrez. Así, los revolucionarios quedaron divididos en dos bandos: por un lado los carrancistas y, por otro, villistas y zapatistas. En el bando carrancista el general Álvaro Obregón dirigió con gran éxito al ejército constitucionalista.

Bajo su mando las tropas de Carranza lograron victorias decisivas sobre sus adversarios en 1915.



La victoria del bando constitucionalista sobre Villa y Zapata permitió que Carranza asumiera la presidencia y convocara a un Congreso en Querétaro, con el propósito de redactar una nueva Constitución para el país, la cual se promulgó el 5 de febrero de 1917, y es la que nos rige actualmente.

Esta nueva Constitución retomó los principios liberales plasmados en la de 1857, y también incorporó principios nacionalistas y algunas demandas sociales por las que el pueblo había luchado durante la revolución. Ha sido reformada para adaptarla a los cambios de los tiempos, pero sus principios básicos siguen vigentes.

Garantiza la igualdad ante la ley de todos los ciudadanos, las libertades de reunión, expresión y tránsito, así como otros derechos fundamentales plasmados en los siguientes artículos.

Art. 3º. La educación que imparta el Estado será gratuita, laica y obligatoria.

Art. 27. Las tierras, montes, aguas y productos del subsuelo pertenecen a la Nación. (Con este artículo se reafirmaba el aspecto social de la propiedad, entendida ésta como dominio transmitido de la Nación a los particulares. Con éste se sentaron las bases del reparto agrario y

la expropiación del petróleo).

Art. 123. Estableció las relaciones obreropatronales: jornada laboral de ocho horas, el derecho a la seguridad y a la asistencia social, el derecho a huelga, la igualdad de oportunidades en el trabajo para todos los ciudadanos.



Durante la lucha revolucionaria participaron miles de personas, hombres, mujeres y niños, de diferentes grupos sociales. La mayoría fueron indígenas, campesinos, rancheros, obreros y empleados, entre otros.


La revolución modificó la vida de las personas, sus valores y expresiones culturales. La violencia, los continuos traslados a otras regiones, las penurias de la guerra, el hambre y la pobreza, desarraigaron a familias enteras, propiciando, en medio de la guerra y de los ejércitos federales y revolucionarios, un amplio intercambio cultural.

 La música fue parte de la cotidianidad popular, los ejércitos pasaban largas horas vigilando y en espera de un posible ataque, pero a ratos y para entretenerse entonaban canciones o corridos, que contaban las hazañas e historias de los personajes o caudillos revolucionarios.

Con el tiempo, la cultura de la revolución pasó a formar parte de la cultura nacional, dando lugar a expresiones artísticas como la música, la pintura, escultura, literatura y el cine.





                                                   PERIODOS POSREVOLUCIONARIOS



El general Álvaro Obregón fue presidente de México de 1920 a 1924. Su participación en la revolución había sido sobresaliente debido a sus grandes habilidades políticas y militares.

Como presidente llevó a cabo el reparto agrario, protegió la propiedad privada, ganó el apoyo de obreros, campesinos y de sus adversarios políticos, arregló las conflictivas relaciones con Estados Unidos y fundó importantes instituciones. Con su poder e influencia logró que sus aliados modificaran el principio constitucional de no reelección presidencial, y fue electo de nuevo en 1928. Antes de tomar posesión fue asesinado, lo que provocó una grave crisis política.

Durante su gobierno, el presidente Plutarco Elías Calles (1924–1928) se propuso hacer las reformas necesarias para que México consiguiera un mejor desarrollo económico y social. Con ese propósito creó importantes instituciones, como el Banco de México en 1925 y estableció negociaciones con los gobiernos extranjeros para un mayor beneficio de México en la explotación de sus recursos naturales.


En los últimos dos años de su gestión enfrentó serios problemas políticos provocados por la guerra cristera, los conflictos con el gobierno de Estados Unidos y el asesinato del presidente electo Álvaro Obregón. Después de concluir su mandato presidencial continuó influyendo en el gobierno a través de sus sucesores entre 1929 y 1934. Este periodo es conocido como “Maximato”, porque aunque no era presidente, Plutarco Elías Calles decidía sobre muchos asuntos por encima de los presidentes, por ello se le conoció como “Jefe Máximo”.



La Constitución de 1917 dispuso limitar la influencia de las Iglesias y la intervención de sus miembros en los asuntos públicos. En 1926, el presidente Calles expidió una ley por la que se cerraron templos y conventos católicos, se obligó a sacerdotes extranjeros a no ejercer el culto y se expulsó del país a otros. En respuesta, las autoridades de la Iglesia católica suspendieron las actividades religiosas en todos sus recintos y sus feligreses realizaron numerosas protestas contra la acción del gobierno, llegando incluso a las agresiones.

El conflicto creció y se convirtió en una rebelión armada que, conocida como “Guerra Cristera”, se extendió por varios estados. Soldados y rebeldes murieron en los campos de batalla. A mediados de 1929 un acuerdo puso fin a este sangriento enfrentamiento. La Iglesia católica acordó no participar en la vida política del país y reconoció la autoridad del gobierno. A su vez, éste se comprometió a devolver los templos ocupados y permitir la reanudación de los cultos.



Durante este periodo la meta principal de los gobiernos de México fue resolver los problemas de su crecimiento económico heredados del pasado. En el campo sus habitantes vivían con grandes desigualdades, carecían de empleo, y sus tierras eran improductivas o les habían sido arrebatadas. En las ciudades había desempleo y los derechos de los trabajadores no eran respetados. Unos cuantos eran dueños de gran parte de las tierras productivas. Inversionistas nacionales y extranjeros explotaban los recursos naturales con privilegios que permitieron su enriquecimiento. Estas desigualdades se agravaban porque México no contaba con suficientes caminos, carreteras, medios de comunicación, presas, electrificación de sus poblados, agua, servicios médicos y otros servicios necesarios para impulsar su crecimiento económico. Los recursos del gobierno eran escasos y los préstamos que obtenía del extranjero generaban intereses muy altos.

Para superar éstas y otras dificultades, era necesario realizar muchos cambios en la organización del trabajo, la propiedad de la tierra, la distribución de los recursos, las funciones del gobierno, los derechos de los trabajadores y campesinos, la participación de la inversión extranjera, la educación, las condiciones materiales de las poblaciones rurales y urbanas, la explotación de los  recursos naturales y otros tantos ámbitos de la economía.

Entre 1910 y 1930 la economía mexicana tuvo un crecimiento muy bajo. Poco después experimentó una mejoría que se prolongó en las siguientes cuatro décadas. Causa importante de este crecimiento fueron las reformas e inversiones realizadas en la producción agrícola y en la creación de nuevas industrias.